Asia se consolida como actor dominante en la industria de semiconductores, impulsada por la cadena de suministro regional

La industria de semiconductores está experimentando un cambio significativo en la inversión global, con China perdiendo relevancia mientras Asia emerge como la fuerza dominante. Según un informe de Moody’s Analytics, las nuevas inversiones se alejan de China, pero es probable que la producción de electrónica permanezca en Asia en el futuro previsible.

Taiwán y Corea del Sur lideran el mundo en la producción de chips avanzados, representando toda la producción mundial en este sector. En contraste, Estados Unidos y Europa contribuyen cada uno con menos del 10% al suministro mundial de chips. Esta concentración de la producción de chips ha resultado en economías de escala sustanciales y la creación de una cadena de suministro regional que satisface los requisitos de la industria.

Mientras que Taiwán y Corea del Sur se especializan en semiconductores de alta gama, los fabricantes del sudeste asiático se centran en chips heredados utilizados en automóviles, electrodomésticos y equipamiento de defensa. Además, las empresas japonesas desempeñan un papel significativo al proporcionar materiales y equipos especializados necesarios para la producción de semiconductores.

Sin embargo, la dominancia de Asia en el sector de semiconductores también tiene sus desventajas. Por ejemplo, la economía de Taiwán depende en gran medida de la electrónica, lo que la hace vulnerable a las fluctuaciones en la demanda global de semiconductores. Durante la pandemia de Covid-19, Taiwán logró evitar una recesión debido al aumento en la demanda de electrónica. Sin embargo, cuando la demanda disminuyó, la fortuna de los gigantes tecnológicos de Taiwán se debilitó, lo que llevó a condiciones económicas más precarias.

Además, existe una creciente preocupación entre los gobiernos sobre la concentración de la industria de semiconductores en Asia. Los riesgos asociados con depender de una economía que carece de un estatus internacional claro, como Taiwán, han llevado a los gobiernos a buscar formas de relocalizar la producción de chips y proteger tecnologías clave contra la influencia china. Estados Unidos, Japón y los países europeos están ofreciendo subsidios sustanciales para atraer fabricantes de chips y aumentar su participación en la producción global.

A pesar de estos esfuerzos, los fabricantes han mostrado poco entusiasmo por devolver la producción a Occidente. La base de datos Orbis Crossborder Investment indica una disminución en los proyectos de inversión relacionados con la electrónica completados en los últimos tres años, con un aumento en el gasto de capital. Las economías de la ASEAN, en particular Vietnam, Malasia y Singapur, han experimentado un aumento tanto en la cantidad de proyectos como en el gasto de capital, mientras que China ha visto una disminución.

La ventaja regional de Asia en la producción de semiconductores está respaldada por varios factores, incluido el fácil acceso a una capacidad de producción de chips a gran escala, materiales y equipos. Además, estar geográficamente cerca de los consumidores finales, como fabricantes de automóviles y productores de electrónica, brinda a los fabricantes asiáticos una ventaja significativa. Los tipos de cambio favorables en las economías asiáticas, en particular el yen depreciado en Japón, contribuyen aún más a su atractivo como bases de producción.

En conclusión, mientras la industria de semiconductores experimenta un cambio en la inversión global lejos de China, Asia sigue siendo el epicentro de la producción de electrónica. La cadena de suministro regional, las economías de escala y las ventajas geográficas proporcionan una base sólida para la dominancia de Asia en el sector de semiconductores.

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