La Perpleja Creencia en la IA como un Dios Digital

En el ámbito de las personas más ricas y poderosas del Valle del Silicio, algo parece estar fuera de lugar. No se trata solo del daño causado por Twitter, ya que esa sería una perspectiva limitada. Sin embargo, es evidente que estas figuras influyentes están experimentando un declive espiritual y mental. Sorprendentemente, tener una inmensa riqueza y comodidades materiales no los protege de caer presa de una forma de conservadurismo de extrema derecha degradado.

Los miembros de la generación X de esta cohorte han abandonado sus políticas liberales superficiales en favor de creencias odiosas y desacreditadas como el racismo científico. No es del todo sorprendente, considerando su falta de valores genuinos y la rapidez con la que adoptan opiniones aborrecibles. Se han rendido a la cultura predominante de imitación y adulación que impregna esta escena.

Los reaccionarios más jóvenes y mayores de este grupo han llegado a su mentalidad actual a través de medios familiares: el atractivo del poder y la influencia de un entorno superficial y desequilibrado. Sin embargo, sus actitudes no solo están untadas con la experiencia en línea, sino que también resultan poco atractivas y repugnantes.

A pesar de su inmensa riqueza e impunidad, parece que estas figuras son tanto aburridas como infelices. La erosión de los espacios públicos y la constante sensación de sospecha y vulnerabilidad son consecuencias potencialmente más perjudiciales de la desigualdad económica que su propia situación individual. En lugar de involucrarse con estos fanáticos trastornados, sería sabio disminuir su poder y riqueza.

No obstante, resulta difícil no sentir fascinación por estos seres extraños vestidos con sus chalecos de lana y costosas camisetas anti-«despertamiento». Si bien el artículo menciona la creencia de Elon Musk en que la IA superará a la humanidad, no reconoce las fallas de esta noción. La IA destaca en áreas específicas, como la lectura de imágenes de resonancia magnética, pero es bastante hábil para fabricar información y producir imágenes defectuosas. Además, la IA depende de datos ingresados por humanos y no puede mejorar de forma independiente.

Aunque puede resultar intrigante que estos elitistas del Valle del Silicio crean en la IA como un dios digital, en última instancia no vale la pena preocuparse por ello. Sus promesas anteriores de revolucionar el arte o las finanzas han resultado con frecuencia en fracasos. Las aplicaciones actuales de la IA están más relacionadas con obstruir resultados de búsqueda en la web o perpetuar estafas y plagio.

El uso de la IA presenta un futuro que la mayoría de las personas están de acuerdo en que se debe evitar. Es un producto del afán de lucro y la miopía del capital contemporáneo, que lleva a soluciones más baratas e inferiores. Sin embargo, aún no está claro qué tan efectiva será realmente la IA. La existencia de productos misteriosos de Amazon, supuesta IA con respuestas como «Lo siento, pero no puedo completar esta tarea» o «Disculpa, pero no puedo cumplir con esta solicitud», plantea dudas sobre las capacidades y practicidad de la IA.

En conclusión, la creencia de que la IA se convertirá en un dios digital sostenida por estos elitistas del Valle del Silicio es desconcertante y posiblemente una táctica de venta. Es prudente centrarse en los impactos negativos de la IA en el presente y en su potencial para empeorar los problemas sociales en lugar de entretener sus reclamos fantasiosos.

The source of the article is from the blog elperiodicodearanjuez.es

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